viernes, 24 de agosto de 2012

Investiga la UNLP el acoso laboral en diferentes estratos

 En la UNLP se desarrolla una investigación pionera acerca de una problemática social que no cuenta con la visibilidad que tiene en otros países: el mobbing. Se trata de una práctica ejercida en el ámbito laboral que se manifiesta en un trato vejatorio y descalificador hacia una persona. Los cambios en la organización del trabajo evidencian el acoso laboral, entre cuyas causas se cuentan el desempleo, la flexibilización de las relaciones laborales y la precarización del empleo.


El acoso laboral genera una desestabilización psíquica de la víctima de acoso moral, con el consiguiente riesgo de derivar en problemas físicos severos o irreversibles. Estas situaciones de estrés laboral tienden a acumularse y prolongarse en el tiempo.

Desde la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, el abogado Daniel Cieza, junto a un equipo de trabajo, se planteó como objetivo determinar cuáles son las categorías laborales más vulnerables al mobbing, a partir de la identificación de las características de las víctimas más frecuentes del maltrato en su espacio laboral. Se observó que los empleados públicos, los delegados y activistas sindicales, las mujeres, los jóvenes y los asalariados con perfiles de mayor independencia o autonomía son las víctimas más frecuentes del mobbing.

Una de las primeras hipótesis de los investigadores fue que, como consecuencia de la instauración de la última dictadura cívico-militar, los sindicatos quedaron en una situación de debilidad, en medio de una política de flexibilización y precarización laboral. Este panorama se recrudeció en la década del noventa, en la que las condiciones del mercado laboral se caracterizaron por una elevada desocupación de masas, lo cual facilitó el incremento del mobbing.
El equipo de investigación comprobó que, en la mayor parte de los casos, el acoso laboral se evidencia en un maltrato cotidiano hacia determinados trabajadores. Pero el mobbing también puede manifestarse cuando no se le dan órdenes claras a un empleado o se producen cambios de tareas que no cuentan con la debida justificación. Es posible, asimismo que, dejando de lado su nivel formativo, no se asignen trabajos acordes a la capacitación de la víctima de acoso laboral, sin respetar, incluso, un ascenso u orden jurídico. 

Preguntale más a Eduardo:

Eduardo Spinola
espinola72@gmail.com
Unidad de Prensa
Dirección General de Comunicación y Medios
Universidad Nacional de La Plata

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