miércoles, 27 de febrero de 2013

"Pichuco", el bandoneón "Made in Lanús"

Premiado en Innovar.Costará diez veces menos que los modelos europeos.


Un bandoneón nacional y popular. Es el instrumento musical que ha logrado producir la Universidad Nacional de Lanús. Ya este año podrá fabricarse en el país. Será a un precio razonable, casi diez veces menos a lo que cuestan en plaza los modelos europeos. "Pichuco", se llama. Y es el resultado de un proyecto mucho más vasto que nació en 2009 desde el interior de la carrera de Diseño Industrial de esta universidad <www.unla.edu.ar>. Tiempo Argentino dialogó con tres integrantes del proyecto, los docentes e investigadores Andres Rusciti, Guillermo Andrade y Edgardo Chanquía. Desde luego, hubo más gente incluida en este proyecto, que por razones de tiempo no pudieron estar: la ideóloga de la idea, Ana Jaramillo, que es la rectora de la Universidad, pero además es una ferviente cultora del tango, bandoneonista y miembro de la Academia de Tango, y gente importantísima en la casa de estudios como Roberto De Rose, Roberto Crespo, Mariano Llorens, Mayté Ossorio, Agustín Peralta, Fabián Martínez, Magdalena Vidart, Matías Ingrasia, entre otros.  

"La idea originaria fue poner a disposición popular un bandoneón de estudio. Actualmente, y desde hace un tiempo, el bandoneón es un instrumento que corre riesgo de extinción, porque no es muy accesible. Hoy se lo vende en euros, y a 5000 euros. Por eso el desafío de este año es que el ‘Pichuco’ cobre vida, cobre peso social y comience a ser producido serialmente a través de una red de cooperativas del municipio de Lanús".
Con estas palabras arranca Andrés Rusciti –que ahora dirige el departamento de Vinculación Tecnológica de la misma carrera de la UNLa–, sentado en torno a una amplia mesa de trabajo del aula que alberga el Taller de Diseño Industrial, y en cuyo centro se encuentra un ‘Pichuco’, hecho y derecho

viernes, 15 de febrero de 2013

La Nación, en Santa Fe, crea dos institutos de investigación CONICET-UNL



Se trata del Centro de Investigación de Métodos Computacionales (CIMEC) y el Instituto de Ciencias Veterinarias del Litoral (ICiVeT), recientes unidades ejecutoras


El presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Roberto Salvarezza y el rector de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), Albor Cantard, firmaron hoy, en la casa de altos estudios, la creación de dos nuevos institutos de doble dependencia.
Durante la firma Salvarezza destacó que la creación de estos institutos “no hace más que ratificar los lazos que nos unen con la universidad, con la cual recientemente hemos firmado el convenio de cooperación institucional, y reafirmar la política del CONICET de ser socios de las universidades nacionales”.
El CIMEC realizará investigaciones orientadas al desarrollo y aplicación de métodos computacionales en el campo de la ingeniería, de la informática y afines, y estará radicado en el predio del CONICET Santa Fe.
Por su parte, el ICiVet Litoral se abocará a la investigación y al desarrollo en las ciencias veterinarias orientadas a las áreas de interés provincial y nacional para contribuir a la resolución de problemas específicos regionales.
“Estamos dando el puntapié inicial para la creación de dos nuevos institutos, que no es más que confirmar una política de años de diálogo, de trabajo conjunto y de aprovechamiento de los recursos humanos de dos instituciones del Estado. Cada una con diferentes misiones, pero con objetivos comunes”, afirmó el rector de la universidad.
“Con la UNL hemos encontrado siempre una máxima cooperación, colaboración y un entendimiento en cuanto a los fines y esperamos continuar en este camino en el futuro cercano” agregó Salvarezza. Con la creación del CIMEC y el ICiVet ya son ocho los institutos de doble dependencia CONICET-UNL.
Al momento de la firma, se encontraban presentes, la directora del CONICET Santa Fe, Raquel Chan, el vicepresidente de Asuntos Tecnológicos del CONICET,  Santiago Sacerdote, directores de institutos de investigación locales y autoridades de la casa.

sábado, 2 de febrero de 2013

La FAUBA capacita a wichís en tecnología satelital para controlar desmontes

 La Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) está capacitando a comunidades wichís del este de la provincia de Salta en el uso de imágenes satelitales para alertar sobre el avance temprano de desmontes, prohibidos por la Ley de Bosques desde 2008. Esta región del Chaco Semiárido, que involucra a las provincias de Chaco y Santiago del Estero, concentra el 90% de la deforestación total del país.

El objetivo es realizar un seguimiento y mapeo de los desmontes e incendios en conjunto con los pueblos originarios y criollos afectados, a través de tecnología y herramientas informáticas. Esta información permitiría realizar acciones concretas en defensa del patrimonio natural y cultural de un grupo social vulnerable.

“No estamos ayudando a que las comunidades solucionen un problema reciente, sino uno que tiene una historia de 500 años de postergación”, afirmó José Paruelo, director de la licenciatura en Ciencias Ambientales de la FAUBA, desde donde se impulsa la iniciativa. “En nuestra carrera trabajamos  sobre problemas. Los desmontes y sus consecuencias son un problema agudo que enfrentamos y las imágenes satelitales son una herramienta útil para describirlo y entenderlo”.
 El trabajo incluye la participación de 20 estudiantes de grado y posgrado, que además de Ciencias Ambientales abarcan a la carrera de Agronomía y a otras facultades de la UBA. El grupo comenzó sus actividades hace tres años, cuando la Corte Suprema de Justicia de la Nación prohibió los desmontes en cuatro departamentos de Salta (San Martín, Orán, Rivadavia y Santa Victoria), debido a una presentación de los pobladores, dado que allí se estaban registrando las tasas de desmontes más altas de la historia argentina, en momentos previos a la sanción de la Ley de Bosques.

Para comienzos de la década actual, Salta ya había perdido el 25% de sus bosques nativos existentes a fines de los ´70, corridos por la expansión agrícola y afectando a pueblos originarios y criollos. “Las comunidades necesitaban reunir evidencias sólidas del problema, que es gravísimo por la perdida del bosque y por la situación en la que quedan, aisladas y sin acceso al agua”, dijo Paruelo.

“A partir de ahí nos involucramos más, teniendo en cuenta las consecuencias ecológicas, ambientales, sociales, económicas e institucionales del proceso”, explicó, y recordó que en 2008, este equipo de la FAUBA ya había desarrollado un estudio sobre los lineamientos básicos que debería tener una evaluación de impacto ambiental acumulativo de la tala y el desmonte, presentado ante la Corte Suprema.

El objetivo de esta segunda etapa de trabajo se concentró en la realización de un sistema de monitoreo que detecte los desmontes en tiempo real y que pueda ser gestionado por las comunidades afectadas. Para ello se hicieron alianzas con la ONG Asociana y la Red Agroforestal Chaco Argentina (REDAF), y también se accedió a financiamiento de la UBA (mediante proyectos de extensión UBANEX), del Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCyT) y del CONICET.

En noviembre de 2011 y junio de 2012, el grupo de trabajo, coordinado por María Vallejos, docente de la FAUBA y becaria de CONICET, visitó tres comunidades del departamento de San Martín (San José, Cuchuy y Corralito), donde los satélites siguen mostrando evidencias de nuevos desmontes, pese a estar prohibidos, y trabajaron con los referentes locales durante una semana en el manejo de la información que iba a generar ese sistema de monitoreo.

“La idea era mostrarles el trabajo que se hacía desde la facultad, con la digitalización de cada desmonte. La respuesta fue muy positiva. La gente quería aprender y tener evidencias para presentar ante la Justicia. Ellos se ubicaron en seguida en los mapas, marcaron los puntos de agua, localizaron al resto de las comunidades y los lugares donde hacen uso del monte”, dijo María Lujan Lipera, licenciada en Ciencias Ambientales y parte del equipo de investigadores que viajó a Salta, junto a Laura Bustamante, quien señaló que también estuvieron trabajando sobre este tema en Bolivia y Paraguay.

“La iniciativa fue exitosa. Vamos a seguir viajando”, agregó Paruelo. Y adelantó: “Estamos terminando de armar un portal en Internet dónde volcamos la información, con un sistema de semáforos de desmontes, que va a estar disponible para todas las comunidades y las ONG, para que ellos sean quienes observan el terreno cuando se prende una luz amarilla”.