miércoles, 22 de agosto de 2012

Bancos de germoplasma: una reserva de alimentos para el futuro

La red de bancos de germoplasma del INTA, distribuidos desde Jujuy hasta Tierra del Fuego e incluso en la Antártida, posee más de 30.000 entradas que conservan material genético de diferentes especies vegetales y permite rescatar cultivos originarios.

Cuando se conoció la Bóveda Global de Semillas de Svalbard -Noruega-, el mundo la llamó "el Arca de Noé de las especies vegetales". La Argentina, que forma parte de ese trabajo internacional, posee además una red de "arcas" en su territorio nacional e incluso la Antártida -Bases Belgrano II y Jubany, con el apoyo del Instituto Antártico Argentino-. Allí se conserva aproximadamente el 93 por ciento de los recursos genéticos del país, según el último informe del plan de acción mundial de la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Se trata de la Red de Bancos de Germoplasma (RBG) del INTA, que cuenta con más de 30.000 entradas, nueve bancos activos de recursos fitogenéticos, 12 colecciones distribuidas en diversas áreas ecológicas y un Banco Base que guarda un duplicado de todo.

"Los recursos fitogenéticos son una fuente invaluable de apoyo a las acciones relacionadas con el desarrollo sostenible de las actividades agropecuarias, forestales e industriales", indicó la especialista.
En esa línea, el líder del Programa de Recursos Genéticos del Centro Internacional de Agricultura Tropical de Cali, Colombia, Daniel Debouck, dijo: "Los materiales conservados según los más altos estándares son estudiados por grupos multidisciplinarios -como en el INTA y las universidades argentinas- hacia una agricultura performante y ecoeficiente. Y son la base de tecnologías habilitantes: genómica comparativa y funcional, filogeografía, bioinformática y fitoquímica avanzada, para formar a los profesionales del futuro".



Noticia encontrada por el lector Hector Alberto Sesia

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